Lectura desde la piel

Era vivaz en las sabanas y devoraba mis fantasías una a una.

Todo era con la mirada…
Le descubrí un par de libros de Oscar Wilde & uno de Dostoyevski.

Era más interesante de lo que me creía. & tampoco se alcanzaba a imaginar lo mucho que me encantaba descubrirle que era un ser de letras como yo.
Las inusualidades de la vida se escondían en el encierro de su ternura, que se le escapaba por la mirada & posteriormente se suavizaba en sus labios.
Ni aprendiendo Judo iba yo a olvidar esa tarde. En que agua de la alberca nos refrescaba la demencia, esa brava temperatura alienada de nuestros cuerpos & la insoportable luna diurna.
Espero que no me quieras para tu vida después de esto.

Reitero algo que siempre digo:

— Los poetas somos unos demonios, encendemos almas, pero no nos quedamos para siempre. A menos que nos secuestren descomunalmente.
He tenido la sensación de querer abrazarte por horas & decirte que la vida es hermosa porque existes tu & no yo.

No te olvides de mis besos. Pero eso sí, nunca te apegues a mi corazón.

No tiene salvación.